FIJACIONES DE ESQUÍ DE MONTAÑA. ¿CON CUÁL ME QUEDO?

Cada vez podemos ver en las montañas, las cercanas y las lejanas, un mayor número de personas que practican el tan en boga Esquí de Travesía (esquí de montaña o esquí alpinismo).
La aparente sencillez de la actividad puede llevar a engaño, ya que requiere más recursos técnicos en el esquí de los que suele tener un esquiador de pista y sobre todo, requiere tener conocimientos de alta montaña invernal y de alpinismo. Olvidaos de que es lo mismo que hacer un fuera de pista entre los pinos de Cerler o Formigal... La democratización de deportes como éste, aunque la mayoría de las cosas que trae son buenas, también trae problemas, como gente que baja pistas negras fumándose un pitillo y que como esquí fetén se alquila un día un equipo de travesía e intenta subir al Aneto (visto y oído en directo) aunque no haya hecho montaña en su vida...
Subiendo hacia el Veleta
“Sentidiño”, respeto y humildad por favor.

También estamos la gente con mucha experiencia en montaña y alpinismo a los que un buen día nos da por probar eso de deslizarse ladera arriba y luego ladera abajo y aprendemos a esquiar a las bravas, continuamos aprendiendo más o menos y perfeccionando en pista y acabamos sabiendo esquiar un poco decentemente y bajando por casi cualquier sitio, aunque sea sin estilo ;-)

Este artículo realmente es de material, así que dejo estas divagaciones para una conversación de bar y me centro en lo que quería.

Hoy en día tenemos, como en todo, un amplísimo abanico de fijaciones para esquí de montaña. Sobre todo estos dos últimos años, en los que estamos asistiendo a innovaciones y lanzamientos por parte de las marcas punteras y de otras no tan punteras. Como otras veces, intentaré ayudaros a tomar una decisión si andáis buscando material y a aclararos conceptos basándome hoy en una fijación en concreto: Dynafit TLT Speed Radical.

En las fijaciones (bindings en inglés o ataduras como dicen en otros lares) de travesía tenemos dos sistemas de anclaje a la bota: El sistema de placa y el sistema Tech (o Dynafit como generalmente se conoce).

Foqueando con fijaciones de placa
Las fijaciones de placa son similares a las de esquí alpino y se fijan a la bota de idéntica manera, la talonera y la puntera están unidas con una barra de material metálico (o plástico o de carbono) que queda fija bajo la bota en todo momento. A la hora de la subida todo el conjunto pivota sobre la puntera con el talón libre, y para bajar la talonera queda fija como en una fijación de alpino.

Subiendo con fijaciones ligeras. Fijaos en la diferencia de volumen de la fijación...














En las tech, esa barra no existe. La puntera se fija a la bota mediante dos tetones o pinchitos que encajan en unos orificios que la bota lleva para este menester. La talonera siempre va fija en la tabla y encaja en la bota mediante unas barras metálicas que entran en otros huecos que lleva la bota en el talón. No se pueden usar con cualquier bota, sólo con las que vengan preparadas para el sistema (hoy en día casi todos los modelos).


Detalle de los tetones de la puntera y de los Side Towers
Cada tipo de fijación tiene sus incondicionales. Los de placa por su seguridad y facilidad de manejo, y los de tech por su bajo peso y su durabilidad.
Todos tienen razón.
Generalmente las fijaciones de placa son más bajadoras ya que son más estilo a unas de alpino, su sistema de alzas y cuchillas es más sencillo de manejar y para un freerider son las adecuadas.


Pero esto ha cambiado radicalmente en los últimos años/meses.
Las fijaciones ligeras tienen la misma seguridad (DIN) que las de placa, a no ser que sean de competición, se han mejorado los sistemas de alzas, y existen unos modelos para freeride que no tienen nada que envidiar a las de placa.

Yo he probado los dos tipos. Y creo que la elección de uno u otro tipo, viene dado por el tipo de esquí de montaña que hagas.
Si lo tuyo es un esquí sin demasiadas pretensiones, tranquilo o más clásico, lo ideal para mí es un sistema de placa.
Si por el contrario quieres devorar desniveles, hacer largas rutas y escalar con las tablas a la espalda, las tech son lo tuyo.
Yo finalmente me he decantado por las tech por lo que he citado.

Y el modelo por el que me he decantado es el que he dicho antes, las Speed Radical de Dynafit.
Hay otros modelos que me gustan más, pero finalmente he elegido estas por su precio, su sistema de alzas y su facilidad para encontrar repuestos y lugares de reparación.

Primer alza en las Speed Radical. Talonera en modo Ski
Aún no las he probado a fondo ni en condiciones duras, pero las primeras impresiones son muy buenas.

Son sencillas de calzar gracias a unas barritas de metal que llaman Side Towers y que hacen de tope para la puntera de la bota y la sitúan justo a la altura de los tetones de sujeción. Yo me las he calzado incluso en nieve muy dura con el esquí resbalando, y no precisamente en llano y me ha resultado sencillo. Imagino que con más práctica lo será aún más.
Segundo alza

El sistema de alzas también es muy cómodo cuando lo practicas un poco con el bastón y me ha resultado más práctico en el primer uso que el de mis otras fijaciones de placa Diamir.
Cuando sacaron esta fijación hace unos tres años dieron problemas porque se partía la pieza de plástico negro donde van alojadas las alzas. Hoy en día está solucionado, y aunque pueden salir malas como cualquier cosa, y no dan problemas a éste respecto.

Incluyen unas cortas correas muy técnicas de cable de acero. Al principio no me convencían mucho porque no me gusta caerme y que las tablas sueltas queden cerca de mi y puedan golpearme. Pero pensando en mi nivel y modo de esquiar, donde las caídas van a ser casi todas a baja velocidad (las generales en esquí de montaña) no me parece tan relevante llevar las correas largas para alejar las tablas. Aunque esto es muy personal.

Sentido de giro de la talonera para pasar del modo Walk al modo Ski

Talonera en modo Walk. Giramos un cuarto de vuelta para alinear las barras con el talón dela bota y ya la tenemos en modo Ski

En cuanto a la fiabilidad de las fijaciones tenía algunas dudas: ¿Saltarán al hacer giros bruscos en nieve helada o hielo? ¿Saltarán cuando deben?
Respuesta a la primera pregunta: Ni de coña. Se agarran a la bota para que puedas meter los cantos hasta que te salten los empastes.
Respuesta a la segunda: Sí. Basándome en las instrucciones del fabricante y la experiencia de compañeros.
La verdad es que acostumbrado a las de placa, que dan una sensación de robustez y fiabilidad muy alta, estas al principio pueden generar dudas y desconfianza... Nada más lejos de la realidad.
Que sepáis que con este tipo de fijaciones se ha bajado todo lo bajable sin problemas: Nant Blanc de la Verte, Cho Oyu, freeride extremo en Alaska...
Puntera y correa de retención. Las cuchillas encajan en la pieza negra de la izquierda

Puntera lista para subir. Para bajar sólo tenemos que bajar la palanca blanca para permitir el salto de la fijación en caso de caída

Así que la desconfianza del principio pronto se torna en sonrisa viendo lo ligero que subes con ellas y lo bien que transmiten la fuerza y los movimientos a las tablas. De hecho no tienen holguras, cosa que no sucede con las de placa... Las vueltas maría resultan sencillas y dan mucha más libertad de movimientos y gestualidad que las de placa al pesar menos.

Si vienes de las fijaciones de placa deberás acostumbrarte a su calzado y descalzado (sobre todo al descalzado), pero en dos o tres salidas los tendrás más que dominado. Si son las primeras que usas no tendrás tanto problema porque no tendrás manías ni vicios anteriores.

Probándolas sobre el terreno
Yo he elegido este tipo de fijaciones por su ligereza (menos de 350 grs por unidad) y su transmisión a las tablas. Pero también tienen sus contras:
Si vas bajando y tienes que pasar un llano donde te es más cómodo liberar la talonera, debes descalzar la bota y volverla a calzar en modo walk. Esto con las de placa no pasa, puedes pasar del modo ski al walk con un simple movimiento del bastón en la talonera.
También me gusta más el sistema de cuchillas retráctiles de Diamir: Llevas las cuchillas puestas en la fijación y las puedes poner en modo de uso o no sin quitarte la bota ni nada. En las Dynafit puedes ponerlas sin quitar la bota, pero es menos cómodo...

Como veis, los contras que les veo son de manejo y de necesitar más tiempo para realizar algunas maniobras, ninguno de fiabilidad o seguridad. Así que espero que con práctica vayan desapareciendo estas pegas.
Decididamente las verdes son más bajadoras...

Compra la que más te convenza, llévala a un buen sitio donde te la monten y te la regulen, cuídala y sobe todo...¡¡Disfruta de ella!!



JAIME MORENO MONTES

A LO MARK TWIGHT, PERO EN EL ALMANZOR

Hoy me voy a poner a lo Mark Twight.
Uno de mis libros de cabecera es "Besa o mata, confesiones de un escalador en serie" de este alpinista estadounidense. En él, Mark expone una serie de artículos que ha ido publicando en distintos medios a lo largo de su carrera, por orden cronológico. Una compilación tremenda y excitante. Algunos de los artículos están retocados para darles frescura o porque a él mismo no le gustaba cómo estaban hechos en su momento; y al final de cada artículo hace unos comentarios sobre el mismo. Es un libro del año 2000 que he debido leer decenas de veces. Evocador y altamente motivador.

Pues eso voy a hacer yo hoy. 

Hace más de 10 años escribí lo que vais a leer. Sólo he retocado algunas cosas para darle algo de forma y empaque (aunque me ha llevado su tiempo...), y para una mejor gramática y sintaxis. Evidentemente el escrito es bastante lamentable ;-), pero lo he querido dejar con ese aire de juventud e inexperiencia que se nota en cada frase... Inexperiencia cargada de hambre por conocer y escalar, por compartir y soñar... 
Me vais a permitir el parco estilo, mi inexistente experiencia con la escritura en aquellos años (¡¡Mucha menos que ahora!! y la ausencia de fotos: En aquella época se llevaban las dispositivas...

                       Movida en el Almanzor (O cómo no se deben hacer las cosas...) 



Hace tiempo que tenía ganas de escalar la vía de la cara Norte del pico Almanzor, en la sierra de Gredos. Cuando en la revista Desnivel salió un reportaje sobre este pico y sus vías, finalmente me decidí a hacerla. Un jueves, tras la reunión del club le propuse ir a hacer la vía a Nando, que aceptó rápidamente. Luego se lo dijimos a Rober, que tras solucionar unas cosillas también se acabó apuntando. Como Nando tenía que estar el sábado por la mañana en Madrid, decidimos salir ese mismo jueves por la noche. La idea era llegar a “ la plataforma” de madrugada, dormir y salir bien tempranito para hacer la actividad en el día, y esa noche (la del viernes) volver a Madrid. Nada más lejos de la realidad...
Nando y yo salimos de Cuatro Caminos sobre las 21:00, tras perdernos en sus callejuelas recogimos a Rober bajo el acueducto de Segovia, y tras pasarnos el desvío a “la plataforma” llegamos finalmente a esta sobre la 1 de la madrugada. Nos echamos a dormir para levantarnos a las 6:00.
Sonó el despertador y tras desayunar y tomar un té calentito salimos hacia el Circo de Gredos en una fría madrugada de Diciembre. Según teníamos entendido, las condiciones de la nieve eran buenas, por lo que en tres horas más o menos estaríamos a pie de vía, en la cara Norte del Almanzor, pero a cada paso que dábamos nos convencíamos de que no era así: La nieve estaba muy blanda, nos llegaba por las rodillas en muchas ocasiones y para colmo... ¡¡No había huella!! Con lo que tocaba ir abriendo trinchera constantemente. Se ve que el mal tiempo que había hecho durante la semana había contribuido a las dos cosas... Total, que por culpa de la nieve, por nuestra falta de entrenamiento a principio de temporada, por un descanso de casi una hora en la puerta del refugio y por nuestra poca atención a beber y comer de vez en cuando, llegamos a pie de vía a la ¡¡Una y media de la tarde!! Imperdonable. ¡¡Casi seis horas desde la furgoneta hasta la vía!! Yo iba especialmente cansado porque llevaba mogollón de peso y porque las botas las había estrenado hace poco y me estaban destrozando.
Para tardar menos tiempo en llegar a la vía, visto el retraso que llevábamos, subimos hacia ella directamente por el zócalo del Almanzor, donde una placa de nieve que crujió bajo nuestros pies al pasar (aunque no cayó) hizo que me cagase de miedo (creo que allí debe seguir el tufillo...).

El mal estado de la nieve, el mal tiempo que nos envolvía (a veces no veíamos más allá de 5 metros) y el retraso que llevábamos me hizo plantearme la retirada. Nando y Rober casi me matan por plantearme eso habiendo llegado hasta allí con aquellas condiciones. Mi cabeza no funcionaba bien porque llevábamos mucho retraso y yo sólo pensaba en que mi familia se iba a preocupar mucho si no llegaba ni llamaba (los móviles estaban sin batería en la furgo...) y porque en esos momentos tenía una cosilla familiar algo jodida...
En fin, volvamos a pie de vía.
Casi dos horas en la primera reunión que montamos a la entrada de la vía, con un tornillo y un fisurero, para ponernos los arneses, cacharros y tomar algo de té caliente. Rober se da el primer largo hasta la cascada, que es una rampa de nieve y hielo de unos 50º o 55º grados, subimos Nando y yo tras él. Yo quiero darme el largo de la cascada, pero Rober se impone y se lo da él también: una cascada de hielo de 6 o 7 metros que acaba en una campa de nieve algo empinada.
El tercer largo y el cuarto decidimos hacerlos asegurados para no perder tiempo quitándonos la cuerda y guardándola (ay ese ensamble...). Me doy el tercer largo y aseguro a Nando y Rober que suben al mismo tiempo. Al mismo tiempo también suben el cuarto largo hasta la brecha que separa las dos cumbres del Almanzor. Allí Rober se hace un tremendo lío con las cuerdas que nos lleva más de 40 minutos deshacer. Cuando miro el reloj casi me da algo: Son las seis de la tarde y acabamos de hacer cima en el Almanzor. Me pongo muy nervioso por el retraso y Rober y Nando se tienen que poner serios para lograr que me calme. Comenzamos a rapelar de la cumbre, pero debido a la desorientación que teníamos a causa de las prisas, la niebla y la inminente oscuridad, nos metimos a rapelar por los contrafuertes de la cara Este. Cuando llevo unos metros descendidos me doy cuenta de que hemos metido la pata. Remonto las cuerdas y montamos el rápel por la Sur. Baja Rober, Baja Nando y bajo yo. Cuando vamos a recuperar las cuerdas, éstas no corren. Rober cabreado sube a desatascarlas mientras Nando se muere de frío y yo comienzo a tener calambres e las piernas. Cuando vuelve a bajar e intenta de nuevo recuperarlas ¡¡Siguen sin caer!! Rober monta en cólera y sale disparado hacia arriba para desatascarlas finalmente tras cambiar el emplazamiento del rápel.
Para más inri, Rober me clava un crampón en la mano izquierda mientras destrepamos la Sur hacia la travesía sobre las Canales Oscuras. Mi grito también se debe seguir oyendo...
Ya en la Portilla del Crampón nos relajamos y finalmente iniciamos la bajada entre risas. Al llegar al refugio sobre las 21:30 decidimos parar a comer y beber algo, cosa que no hemos hecho durante el día. La cara del guarda fue de película cuando le dijimos que no nos quedábamos a dormir, sino que continuábamos. Picamos algo, bebimos y rellenamos las cantimploras para seguir andando hacia la furgoneta. Tras una vuelta infernal debido al cansancio, la deshidratación y el déficit de calorías (por no hablar de mis pobre pies...) llegamos a la furgoneta a la una de la mañana, 16 horas después de haber comenzado la actividad, 16 horas casi sin parar. Evidentemente nos echamos a dormir un ratillo antes de iniciar la vuelta a Madrid.

Esta experiencia (y leer algunas cosas de Mark F. Twight) me enseñó muchas cosas: Que no se puede ir justo de tiempo y de fuerzas en montaña, que hay que beber constantemente para rendir a tope y no deshidratarnos, ir picando comidas fáciles de digerir y ricas en carbohidratos durante la actividad, no hacer una actividad fuerte en mi tercer día de botas nuevas, y sobre todo, que hay que ir ligero al máximo, cosa que este verano he puesto en práctica en los Alpes con buenos resultados. Así que ya sabéis:

¡Entrenad y aligerad compañer@s!

La vía



COMENTARIO DEL AUTOR EN 2013

Mucho han cambiado las cosas desde entonces, bueno, en realidad sólo algunas.
Ahora entrenamos duro, tenemos mucha más experiencia y soñamos con metas más altas. Pero seguimos haciendo burradas en el monte, a veces fracasamos, las botas nos siguen haciendo polvo y podríamos vernos en una situación similar, pero seguro que en algún sitio más alto y más comprometido... 
Desde entonces he hecho esta vía por lo menos cuatro veces más, con cuerda, sin cuerda, con compañeros con experiencia, con compañeros sin ella... Qué gustito da comprobar cómo uno va progresando en algo que le apasiona.
Releyendo el artículo me doy cuenta de la influencia que en esa época tenía en mí otro libro del señor Mark, "Alpinismo extremo". Lo leía con voracidad una y otra vez para sacarle jugo y aprender de los trucos de los buenos: El énfasis en la hidratación, mantener el glucógeno en sangre ingiriendo calorías de rápida asimilación y sobre todo aligerar el equipo. Leer, probar, preguntar, ganar, perder, escalar... Esto hecho durante años es lo que da lugar a ser un buen alpinista, y sí, digo buen alpinista. Porque el mejor alpinista no es el que mejor escala, el que sube más rápido o el que más vías tiene en su haber. El mejor alpinista es el que más sonrisilla nerviosa tiene ante un viaje de escalada, el que más se ríe con los amigos, el que lo da todo en un extremo de la cuerda, el que sabe renunciar y el que aprende de cada experiencia y de cada golpe de piolet si importarle si hace cumbre o no: La verdadera meta es regresar. Regresar y llenar nuestra hucha de experiencias vitales.
Un abrazo muy fuerte desde aquí para Rober y Nando, dos máquinas de eso de clavar los piolos... ¡Salud hermanos!


JAIME MORENO


THE PINNACLE. UN GRAN DOCUMENTAL

Hoy estoy un poco cultureta ;-) Así que os voy a hacer una propuesta audiovisual...


Desde que empecé a coquetear con la escalada en hielo, siempre había querido ir a Escocia y trepar por las heladas paredes del Ben Nevis. Como ya pudisteis comprobar en una entrada anterior, en el invierno de 2012/2013 pude hacer realidad uno de mis sueños y hasta allí que me fui.
Varias cosas fueron las que hicieron que me decidiese por el pasado invierno, pero el verdadero empujón me lo dio un documental en el que aparecía esa montaña de mis sueños: The Pinnacle


Editada en 2010 por Hot Aches, productora inglesa de películas y documentales de temática montañera y escaladora, y dirigida por Paul Diffley, The Pinnacle rinde homenaje a dos grandes escaladores que en febrero de 1960 pasaron una semana entera escalando en el Ben sin a penas descanso: Sólo una noche bajaron a Fort William a tomar algo. Tras lo cual volvieron a subir claro...
Justo 50 años después dos fuertes escaladores escoceses, Dave Macleod y Andy Turner repiten las misma semana en el mismo orden.

Seguramente no os suenen de nada los nombres de Jimmy Marshall (no, no el de los amplis) y Robin Smith. Sin embargo en la comunidad escaladora de las islas británica son bien conocidos.
Marshall y Smith formaban parte de una serie de jóvenes escaladores que impulsaron la escalada británica de los años 60 forzando el límite cada vez un poco más.
Jimmy Marshall
Marshall (arquitecto) y Smith (filósofo e hijo de diplomático) formaban parte de la minoría burguesa existente en el mundo de la escalada británica, dominado por escaladores de la clase trabajadora desde los años 50; lo que no supuso un problema para trabar enormes amistades con el resto de escaladores. Todo lo contrario: Marshall pasaba por los astilleros de Glasgow animando a los jóvenes a escalar y salir de la industrial ciudad.

Robin Smith

Los dos eran grandes escaladores en 1960. Tenían experiencia en las grandes paredes de los Alpes y habían recorrido escalando todos los rincones de Escocia. Pero aunque se conocían, nunca habían escalada juntos...
Marshall quería pasar una semana en el Ben en febrero de 1960, y Smith se ofreció como compañero. Esta cordada improvisada dio lugar a una de las semanas más famosas en la historia del alpinismo escocés: Desde el sábado 6 hasta el sábado 13 escalaron 7 vías en el Ben, ninguna bajaba de grado IV y tres de ellas eran nuevas ascensiones...
Por orden de ascenso:
  • The Great Chimney (IV, 5)
  • Minus Three Gully (IV, 5)
  • Smith's Route (V, 5)
  • Observatory Butress (V, 4)
  • Point Five Gully (V, 5)
  • Piggot's Route (V, 6)
  • Orion Direct (V, 5)

Turner, Marshall y Macleod

Estas rutas que sin ser extremas siguen siendo muy duras aún hoy en día (daos cuenta que un V escocés es como un MD aproximadamente...), ganan envergadura cuando se suben con crampones de 10 puntas y un piolet de madera para tallar escalones... Y ese es el verdadero valor de estas escaladas: Dos tipos sin a penas material (en la Smith's Route compartieron un piolet y los tornillos de hielo no los usaron...), atados a la cintura y sin un día de descanso (el que tenían decidieron darse una vueltecilla...) encadenaron 7 vías aún hoy muy respetadas... Increíble... Como dicen en el vídeo: "Aquí no sirven de nada las herramientas modernas"

El DVD está repleto de imágenes de archivo, entrevistas a personajes relacionados con el Ben y la escalada escocesa, el mismo Marshall contando lo que vivieron y unas bellas imágenes de la montaña y las escaladas.
Así que aprovechad que el DVD ha sido editado en España por Homeworks con subtítulos y comentarios de José Isidro Gordito para echarle un vistazo y disfrutar de una obra imprescindible.

Sirva este vídeo/ homenaje y por ende este articulillo como inspiración para nuevas aventuras y viajes invernales.

Aquí os dejo el trailer:

http://www.youtube.com/watch?v=N6dJrI6smpk

¡¡On thin ice!!



JAIME MORENO MONTES

LOS TRES IMPRESCINDIBLES PARA LA SEGURIDAD EN NIEVE

¡¡Ya están aquí las primeras nieves!!
Las montañas españolas han recibido estos días atrás las primeras nevadas del otoño. Guadarrama, Sierra Nevada, Picos de Europa y Pirineos, donde han caído 30 cm en algunos sitios, se van vistiendo de blanco para dejarnos disfrutar del elemento blanco en sus laderas, corredores y cascadas. Ahora toca que se mantenga el frío y que siga cayendo nieve poco a poco para asegurarnos una buena temporada.
A mucha gente (cada día a más) nos gusta el invierno y las actividades en la montaña relacionadas con él: Raquetas, esquí de montaña, alpinismo... Y actividades como las dos primeras citadas están claramente en auge.

El Puerto de Cotos esta mañana
Las actividades raquetas de nieve suponen un elemento divertido, cómodo, sencillo y económico de acercarse a la montaña de una manera distinta. Y el esquí de montaña no es ni sencillo ni económico pero nos permite disfrutar del monte de una manera pura y gratificante.

Pero los problemas pueden empezara aparecer cuando estas actividades, que se desarrollan recordemos en un medio más o menos hostil, son practicadas por gente sin experiencia, conocimientos ni material adecuado...
Para suplir la falta de experiencia debemos recurrir a un Guía de Montaña profesional que nos inicie en la actividad con seguridad y garantía; Pero hoy me voy a centrar en la falta de material, y más concretamente en tres elementos que muy poca gente lleva encima cuando sale a terreno nevado: ARVA, pala y sonda.

En invierno al realizar cualquier actividad en terreno nevado debemos llevar estos tres elementos y saber usarlos correctamente. Evidentemente habrá excepciones: Poca cantidad de nieve, actividad de muy bajo riesgo... Pero como norma general, debemos llevarlos, sobre todo en actividades de esquí de montaña.

Una sencilla actividad de raquetas en un bello valle tras una fuerte nevada no está exenta de riesgo de aludes... Nunca debemos confundir exposición y sencillez.

Estadísticas de tiempos de rescate. A los 60 min la víctima sólo tiene un 30% de opciones de sobrevivir...

Así que voy a hacer una introducción a estos elementos de seguridad.

ARVA

Appareil de Recherche de Victimes d´Avalanches, o lo que es lo mismo, Aparato de Rescate de Víctimas de Avalanchas en castellano. Esto es lo que significa ARVA.
Básicamente es un aparato emisor/receptor de ondas que sirve tanto para ser encontrado bajo la nieve como para encontrar a un sepultado:
Algunos ARVA existentes en el mercado
Siempre lo llevamos encima en modo emisión, y así si somos sepultados, otros ARVA pueden localizar nuestra posición. Si sufrimos un alud pero no somos sepultados, lo ponemos en modo búsqueda para localizar posibles sepultados.
Los ARVA emiten y reciben las ondas todos en la misma frecuencia: 457 kHz. Así todos los modelos del mercado son compatibles entre sí, lógicamente...
No debemos confundir el ARVA con el sistema RECCO que llevan algunas prendas de montaña. El RECCO sólo sirve para ser localizado en estaciones de esquí que dispongan del sistema, pero ni emite señales, ni las recibe. Es simplemente un espejito que rebota las ondas que le mandan desde el emisor RECCO. Nada que ver con un ARVA.







Sencillos, efectivos y económicos ARVA





Búsqueda con ARVA (cordadaperseverantes.blogspot.com)


SONDA

Una vez hemos localizado con el ARVA la posición exacta de un sepultado, debemos afinar todavía más e intentar conocer su prfundidad. El ARVA nos da una posición exacta, pero puede haber algún tipo de interferencia con rocas enterradas o un fallo nuestro al efectuar la búsqueda (los nervios...). Así que antes de ponernos a cavar, debemos localizar el punto exacto donde está el sepultado. Esto se logra con la sonda.
La sonda no es más que una varilla extensible que nos permite “pinchar” en la nieve para localizar la víctima.

Plegada, luego la extendemos con el sistema que tenga

Se usa “pinchando” en el pequeño área que hemos delimitado con la búsqueda fina del ARVA. Así conseguimos localizar el punto exacto de la víctima: Si no usamos la sonda podemos cavar sin encontrar nada y el sepultado encontrarse sólo 50 cm a un lado...

Ejemplo de sondeo. También se puede hacer en espiral.

Así que tras el ARVA, imprescindible la sonda.


PALA

Una vez localizada la víctima sin margen de error, debemos cavar con cuidado pero con celeridad hasta llegar a ella. No tiene más misterio.


Olvidaos de cavar con las manos o los piolets... No se consigue nada.



Ejemplo de paleo

En el mercado existe muy buena oferta de los tres elementos, incluso packs que hacen más económica la inversión.
A mi me gustan los ARVAS que pueden funcionar tanto en digital como en analógico que tengan 3 antenas. Las sondas de aluminio de 240 cm y una buena pala ligera, pero de metal (que las zonas de acumulación de los aludes se quedan muy duras...)



Informaos sobre los materiales (sobre todo sobre los ARVA) y llevadlos siempre encima. Y lo mejor será que nunca tengáis que usarlos...

No dudéis en contratar los servicios de un profesional para saber usar estos elementos correctamente y conocer y saber realizar el protocolo de rescate de víctimas de avalancha.
Podéis poneros en contacto con los guías de Amadablam Aventura.

¡Salgamos al monte con seguridad y “sentidiño”!



JAIME MORENO MONTES

ESPOLÓN MANOLÍN: LA GRAN CLÁSICA DE MADRID

El otoño es una época ideal para escalar. Los calores del verano ya se han marchado y los rigores del invierno aún están por venir. La adherencia mejora bajo las suelas de nuestros pies de gato y esos agarres que hace dos meses resbalaban, ahora se nos antojan perfectos.

Vista general del Pico de La Miel

A mi me gusta disfrutar del otoño en las paredes de la sierra de Madrid, que además son las que más cerca me pillan, aunque siempre cae alguna salida a Gredos.
Y siempre me gusta repetir una megaclásica del Pico de la Miel, en la Sierra de la Cabrera: El Espolón Manolín.

Llegando al espolón





Esta vía es una de las más recorridas del Sistema Central, y seguramente de toda la península. Su grado asequible, su equipamiento, su variedad de escalada, su trazado lógico y su belleza hacen de ella una delicia para los amantes de la escalada clásica. Yo le tengo especial cariño porque fue la primera vía de autoprotección que hice...



Su apertura data de 1978 existe algo de confusión sobre ella. La vox populi dice que la vía se abrió en cuatro ataques entre Mayo de 1.976 y Septiembre de 1.978 por Miguel Angel Atance “Chamonix”, Manolín y Miguel Angel Lopez “Loquillo” (no confundir con el otro Loquillo, el del diedro, ese es Rafael Durán). Antes del último ataque Manolín falleció, dedicándole así sus amigos la vía.
Esto lo podemos leer en muchos sitios de internet, pero no sé si será cierto, ya que hace muchos años trabajé con un guía que aseguraba que él conoció a Manolín y que seguía vivo tras la escalada... Seguramente y a parte de la memoria de los escaladores, el único sitio donde esté reflejada la realidad sea en el libro “100 clásicas de España” de la editorial Desnivel, el cual no tengo y prometo leer en breve y confirmar los datos. O si alguien sabe la realidad o tiene el libro que deje un comentario ;-)
Vista desde el pie de vía

Primer largo
Comenzando el L2
Disfrutando el L2

















No voy a hacer una descripción de los largos ni de su recorrido, que para eso ya hay muchos trabajos al respecto. Sólo quiero enseñaros la vía, deciros que su trazado es lógico (aunque no sepas por dónde va) y que es una buena manera de empezar a meter cacharros por sus reuniones equipadas, sus chapas donde no entra otra cosa y su magnífico ambiente (aunque en algún lugar te tendrás que buscar la vida con los seguros...)

Magnífico L3





L4 (todovertical.com)

Comienzo del L5
Por último recomendaros la, para mí, mejor manera de hacer la vía: Emplamad L1 y L2 y seguir en el croquis los siguientes.

Os animo a realizarla y a disfrutar del Otoño en La Cabrera. Eso sí, ya que a veces su trazado parece una romería... ¡Madrugad para hacer la vía!


JAIME MORENO MONTES

EL APASIONANTE MUNDO DE LOS PIOLETS

Ya han llegado las primeras nieves a las grandes montañas ibéricas. Ha sido muy poquito, pero suficiente para ir enfriando el suelo y preparando el terreno para lo que (esperemos) está por venir. Y sobre todo ha sido más que suficiente para que los amantes de la montaña invernal comencemos a salivar y pensar en los retos de este invierno.
Yo soy un gran amante del hielo, no lo puedo negar. Me encanta. Lo mismo me lo echo en un te fresquito en verano como en un buen Gin Tonic cuando la ocasión lo merece. Pero la manera en que más me gusta es cuando se queda pegado a la roca de las montañas y nos permite subirnos por él armados con nuestros crampones y piolets. Y de eso vamos a hablar hoy, de piolets. Por si alguien está pensando en hacerse con una pareja nueva, uno ligero para esquí de travesía, renovar material o simplemente quiere conocer algo más sobre nuestros amigos picudos, aquí os echaremos una mano. Y así de paso saco un rato las manos y mis piolets del congelador ¡¡que es lo único que me calma la enfermedad!!!


En el S. XVII para progresar con seguridad al cruzar las montañas, los pastores de los alpes se servían de una serie de herramientas:

  • Los Grappettes, que proporcionaban un agarre más firme en suelos deslizantes a modo de crampón primitivo, y eran pequeñas piezas artesanas de metal con tres o cuatro puntas unidas con correas a las botas (más tarde en la montaña fueron sustituidos por los Tricounis)
  • El hacha de hielo (ice axe del inglés), que era una pequeña herramienta de mango corto en cuya cabeza había un hacha y una azada, y se empleaba para tallar escalones.
  • El Alpenstock (o bastón alpino). Este consistía en una larga vara de unos dos metros aproximadamente, y poseía una punta de metal en uno de sus extremos para poder clavarse en la nieve dura o el hielo. Su longitud servía de ayuda como pértiga, para detectar grietas en los glaciares, para su uso como bastón, y como posibilidad de asidero para los demás en caso de ir acompañado.

    Alpenstock
Piolet antiguo. Fijaos en la longitud...










Éstas fueron las primeras herramientas que también usaron los montañeros. Poco a poco y para servir mejor a los propósitos alpinos, los materiales se fueron modificando y mejorando hasta que en torno a 1840 apareció el primer intento de piolet. Con los años éste también se modificó y mejoró. A finales del XIX los piolets ya son más cortos y se van pareciendo cada vez más a lo que conocemos hoy en día, y ya a principios del XX queda establecido el estándar que tenemos en la cabeza.
Desde sus inicios el piolet ha cambiado de forma, longitud, peso... Pero no fue hasta la invención de los primeros piolet tracción (para escalada) con hojas banana y mangos de 45 cm que el mundo de las herramientas de hielo para las manos sufrió un salto cualitativo y cuantitativo espectaculares.
Mi intención no es hablar más sobre la historia del piolet, sino mostraros las opciones de hoy en día y sus usos recomendados. Para saber más de piolets mirad luego en la bibliografía.

Piolet primitivo
Tipos de piolets
Básicamente dos:
  • Clásicos o de travesía: Piolets para montañismo, esquí de montaña, alpinismo sencillo y ascensiones sin demasiada dificultad donde únicamente sea necesario el uso de un piolet.
  • Técnicos o de tracción: Para escaladas muy empinadas, cascadas de hielo, mixto y ascensiones difíciles.

Clásicos:
Su hoja es curvada hacia abajo (curva positiva) lo que dificulta la extracción del piolet cuando tiramos de él hacia fuera (muy bueno para autodetenciones y terreno no muy empinado) y es fija, no se puede cambiar. Vienen con pala para el tallado de escalones y repisas y su longitud dependerá de nuestra estatura: Para una persona media, con unos 60 o 65 cm suele ir bien.

Ensayos de resistencia de los piolets













La hoja puede ser más o menos agresiva y tener homologación B (resistencia a la rotura de 2,5 Kn) o T (resistencia a la rotura de 3,5 Kn). El mango puede igualmente tener una u otra homologación. Esta homologación viene a decir (hablando en práctico) que un piolet T se puede usar como anclaje y someterlo a las duras torsiones de la escalada moderna, y uno B usado como anclaje seguramente no se romperá, pero puede doblarse bajo grandes cargas. Estas cargas están reguladas por la EN 13089 y la UIAA 152.

A mi personalmente me gusta que tanto el mango como la hoja sean T, pero esto incrementa mucho el peso en una herramienta que debe ser ligera, así que hoja B y mango T es una buena opción. Los modelos ligeros para esquí de travesía tal vez sean demasiada poca cosa para un uso en montaña y los “tanques” de 800 grs serán demasiado... Busca un equilibrio y que sean cómodos cogidos como piolet bastón, que es como más tiempo los usarás.

Piolet clásico. Mi amado Raven

Dentro de este tipo de piolets existen modelos híbridos a los cuales se les puede cambiar la hoja, tienen una ligera curvatura en la parte superior del mango, se les pueden acoplar apoyos para las manos... A mi personalmente son las opciones que más me gustan. Sum'Tec de Petzl, Venom de Black Diamond, Raptor de DMM...
Sum'Tec de Petzl












Técnicos:

Aquí la cosa se va de madre. Existen decenas de formas distintas, cientos de modelos a cual más raro, diseños aeroespaciales... Pero realmente no es tan complicado.

El primer piolet tracción: El Terrordactyl

Un piolet tracción está diseñado para eso mismo, para traccionar de él hacia abajo cuando escalamos en terreno vertical. Hay que llevar dos, uno para cada mano e ir clavándolos alternativamente en el hielo.
Su hoja es de banana (curvatura negativa) para facilitar el anclaje cuando traccionamos hacia abajo (pero ojo con tirar hacia fuera...) y son modulares (las podemos cambiar), tienen curvaturas muy pronunciadas en el mango para facilitar los apoyos en hielos muy esculpidos y en terreno desplomado mixto, las empuñaduras pueden ser ergonómicas para que la muñeca trabaje más relajada en posturas forzadas, podemos tener uno con pala y el otro con maza (para los clavos) y sus mangos siempre tienen homologación T. Las hojas más finas para hielo son tipo B y las más gruesas para mixto y uso regular suelen ser T. Son piolets cortos que no pasan de los 45 cm.

Evolución de los piolets tracción

Los que tienen curvaturas muy radicales y empuñaduras ergonómicas son para usarlos en mixto deportivo muy difícil (dry tooling) y cascadas de hielo inhumanas pero pueden perder polivalencia en un uso alpino habitual (corredores, caras norte...). Los que son demasiado rectos pierden opciones en hielos esculpidos y cansan más las muñecas. Una vez más...Busca el equilibrio.

Los míticos Simond Chacal
Los modelos con una buena curvatura superior en el mango, un buen regatón que entre en la nieve y las opciones de ponerle apoyos para los dedos así como pala y/o maza, me parecen las mejores opciones.

Al final, si escalas en invierno, acabarás teniendo varios piolets, al menos tres (dos técnicos y uno de travesía) y si haces actividades de escalada distintas, acabarás teniendo cinco...
Mis Viper, ejemplo de piolet técnico polivalente
Si tu actividad es más tranquila, no caigas en la tentación (casi siempre publicitaria) de comprar un galáctico piolet tracción porque tus riñones y tus autodetenciones te lo agradecerán.

Modernuras...
Para dry toolin extremo y hielo my difícil


Elige tu piolet con cabeza y sobre todo, aprende a usarlo correctamente. Ante la duda de si comprar primero crampones o piolet... Piolet siempre, luego ya los crampones.
Elige modelos que tengan regatón mosquetoneable y la cabeza también. El uso de dragoneras o no, a parte de ser personal, ya lo trataremos en otro artículo este invierno.

Con 20 años y mi viejo Alp Wing en la cima del Mont Blanc du Tacul 


¡Ah! Y recuerda que los mejores piolets son los que mejor te van, y que el mejor montañero no es el que tiene los piolets más modernos, sino el que mejor los usa...


JAIME MORENO MONTES


Para saber más: