Comenzamos el miércoles con el
viaje hasta la Sierra de Guara desde Madrid, Adela,
Margarita, David, Milagros y Ana. En Zaragoza recogíamos a Natalia y ya en
Alquézar nos reunimos con Sandra y Humberto que venían en su coche directamente
desde Valencia.
Durante la cena; aparte de
disfrutar de la euforia de la gente del restaurante, por la clasificación
europea del Atletico de Madrid (David el primero), acordamos la distribución de
habitaciones en el albergue, y de los horarios de los diferentes días según las
actividades.
Al día siguiente comenzamos
nuestra aventura con el barranco del
Formiga, un descenso clásico de
la Sierra de Guara, ideal para iniciación. Después de la ruta de aproximación, y
del pasamanos, comenzamos a disfrutar de sus rápeles, toboganes, y hasta alguno
se atrevió con el salto de 7m; hasta que llegamos al parking a disfrutar del
merecido bocata.
Ya desde el principio quedó claro
que este no era un grupo que se cansara rápido, porque fue proponer un paseo
por las pasarelas del Vero en Alquezar, y en seguida se desechó la idea de
acomodarnos en el albergue a pasar la tarde. Pasamos la tarde disfrutando de
esta breve, pero espectacular ruta.
Y aun nos faltaba la última sorpresa del
día: El único y minúsculo restaurante de Radiquero, donde Patro, nos preparó un
menú a medida, que al final nos vino un poco grande al grupo, y eso que
veníamos hambrientos!.
El segundo día de viaje, el
Viernes, lo pasamos realizando una preciosa ruta de senderismo desde Rodellar:
El Real del Mascún. Decidimos cambiar la ascensión del Tozal de Guara, por esta
ruta que, aunque exigente, salvaba un desnivel de subida bastante menor.
Visitamos el dolmen de la llosa Mora, y los pueblos
abandonados de Nasarre y Otín, hasta comenzar el regreso. Primero pegados al
abismo y después descendiendo al caúce del Mascún, completamos una ruta que en
total nos llevó casi 8 horas, aunque tuvimos bastantes ratos divertidos y
relajados, e incluso una pequeña siesta!
El Sábado estaba previsto el
plato fuerte, el Peonera, pero debido a los altos caudales registrados, estaba
impracticable. Decidimos cambiarlo por el descenso del oscuros del Balcés, y el
cambio no puedo ser más acertado. Una aproximación escarpada ya nos puso con
los sentidos alerta, y ya desde la primera cascada nos dimos cuenta que llevaba
bastante más agua de lo normal. Esto hizo el descenso aún más divertido si
cabe.
Creo que a ninguno se le olvidará en mucho tiempo los juegos de luces que
hacía el Sol en sus estrechos pasillos a medida que avanzaba la jornada, ni el
sonido del agua en las cascadas del caos de bloques.
Como el día anterior,
hicimos uso de la cocina del albergue y entre todos (vegetariana incluida)
preparamos una cena digna de la actividad que habíamos completado.
Para el último día habíamos
reservado la vía ferrata. Después de despedirnos de Emilio, el dueño del
albergue, nos dirigimos a Bierge para realizar la ferrata de Peñas Juntas. Una
vía apta para no iniciados muy espectacular, ya que con sus 3 puentes
tibetanos, el más largo de 25 metros, nos dejó con muy buen sabor de boca.
A la vuelta realizamos la
obligatoria comida de despedida en Siétamo, parada habitual en todos nuestros
viajes al Pirineo.
Una emotiva despedida de Sandra y
Humberto, y un rápido trayecto hasta Madrid, puso punto y final a este viaje,
en el que nos consta que hemos dejado a más de un enganchado al barranquismo de
por vida!
Un abrazo muy fuerte a todos.
Seguro que nos veremos pronto! Para mí, os aseguro que ha sido un auténtico
placer.
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