DESCENSORES PARA BARRANCOS. ¿SABES USARLOS?

Superando de nuevo a los duendes de la informática que nos lo ponen difícil para colgar nuestras propias fotos y subir los artículos (a ver si formateo mi ordenador) os traemos un nuevo artículo sobre técnica que esperemos os guste.
Como aún hace calorcito y podemos seguir disfrutando del fresquito del agua en los barrancos y cañones, hoy vamos a hablar de los distintos descensores que tenemos para el su descenso y de cómo usarlos correctamente.
!Aún hay que aprovechar el agua¡

Para realizar un rápel, podemos usar cualquier tipo de descensor, e incluso merece la pena conocer alguno de fortuna por si perdemos o nos olvidamos el bueno, pero cuando en una actividad se recomienda un tipo de descensor concreto e incluso se inventan aparatos específicos, por algo será... En barrancos usamos como descensor básico el archifamoso “Ocho” (Figure 8 en inglés).


Este descensor es perfecto para esta actividad porque tiene una capacidad de frenado suficiente, es cómodo y fácil de usar, sencillo y fácil de bloquear y además lo podemos usar de varias maneras y para muy distintas maniobras.


A la hora de descender, el ocho lo podemos usar de distintas maneras:
  • Modo tradicional: El que más usaremos. Efectivo y cómodo.
  • En rápido: Desaconsejado en general. Lo podemos usar con gente que pese muy poco o en rápeles muy acuáticos, pero no merece la pena (desde mi punto de vista).
    Tradicional (1) y rápido (2)

  • En Vertaco: Nos aporta una mayor frenada y evita el nudo de alondra.

    Vertaco

  • Para grandes cargas: Pues eso. Para bajar dos personas (autorrescate), con mochila pesada bajo fuerte caudal... Para hacerlo basta con darle media vuelta a la cuerda antes de pasarla rodeando el agujero pequeño.
  • A la italiana: Se usa más como maniobra para remontar una cuerda. Pero puede valer en rápeles secos en los que tengamos que ir parando por lo que sea.
    En vez del mosquetón, mejor uno de nuestros cabos de anclaje al orificio pequeño
    Ocho a la italiana (nunca olvidar el cabo de anclaje al agujero pequeño)




















Siempre que usemos el ocho (excepto a la italiana) colocaremos la cuerda de modo que el tramo que pasa entre los dos orificios quede mirando a nosotros, no mirando a la pared. Así es mucho más difícil que se forme el temido nudo de alondra y nos quedemos bloqueados en el rápel.

Nudo de alondra que nos bloquea en el répel
Hydrobot de Kong


Siempre deberíamos llevar un ocho aunque usemos un descensor específico para barrancos. El ocho sirve para montar rápeles desembragables, para ayudar en maniobras de autorrescate y por si alguien pierde el suyo (¡¡algunos barrancos son auténticas tiendas de material!!).

Técnica del ocho imperdible


Pero yo personalmente siempre uso un descensor específico. Podemos usar el que más nos guste de entre los pocos que existen en el mercado. A mi me gusta el Pirana de Petzl por su comodidad, sencillez, eficacia e imposibilidad de perderlo. Pero siempre llevo un ocho de los de toda la vida. Nada de cosas raras como ochos cuadrados o con patillas antialondra (práctico en algunos casos).
Pirana. Lo único malo es que hay que usarlo con un mosquetón que quepa por el agujerito. Pero valen varios modelos

Maniobras con el Pirana

Opciones de frenado del Pirana. Y tiene más...

Con este pequeño artículo os queremos introducir en el uso de los descensores de barrancos. Pero estad muy atent@s porque en breve os mostraremos con unos buenos vídeos todas las maniobras y detalles. ¡¡Veréis qué bien quedan!!


JAIME MORENO MONTES

CUERDAS DE ESCALADA: ¡ATADITOS ESTAMOS MEJOR!

Hoy os presentamos un nuevo artículo sobre material: Las cuerdas de escalada.
La cuerda es uno de los elementos más importantes de la cadena de seguridad que detiene una caída en la escalada, y también uno de los que peor sabemos manejar en general (dobles mal chapadas, cordadas de tres en simple, gemelas en cordadas de tres...).

Hace unas semanas hablábamos de las cuerdas semiestáticas, que nos servían como elemento de progresión, para subir o bajar por ellas.
En este caso, de lo que vamos a tratar es de las cuerdas dinámicas, que son las que debemos usar para escalar.
Las cuerdas dinámicas son la parte del equipo que más amortigua una caída, la que más energía absorbe y la que puede hacer (junto con el savoir fer del asegurador o aseguradora) que una espeluznante caída de 20 metros sólo suponga un buen susto.


También son cuerdas compuestas, con alma y camisa y sus diámetros van desde los 7 hasta los 11mm, siendo más dinámica cuanto menor es el diámetro (¡¡auténticos chicles algunas oiga!!).

Lo que diferencia una cuerda dinámica de una semiestática básicamente es la construcción del alma:
En una cuerda dinámica el alma está revirada y trenzada de manera helicoidal, lo que le otorga las propiedades elásticas que tanto necesitamos.
Siendo muy sencillos. Imaginaos que tenéis un trozo de cordino en las manos; si lo sujetamos por los extremos y comenzamos a girar cada uno de ellos en sentido contrario, el cordino se va acortando y girándose, convirtiéndose en una especie de “muelle”. Si lo estiramos y luego dejamos de hacer fuerza, el cordino vuelve a su posición inicial. Esto es a nivel elemental como se comporta una cuerda dinámica.

Como todo EPI, las cuerdas deben cumplir una normativa para obtener el certificado CE.
Vamos a ver las normativa y la distinta homologación de las cuerdas dinámicas.

La normativa que regula las cuerdas dinámicas es la EN-892. Y dentro de esa norma tenemos tres homologaciones distintas:



  • La marca "1": Indica que esa cuerda está homologada para ser utilizada en simple. Para ello tiene que pasar una prueba en laboratorio que consiste en soportar al menos 5 caídas UIAA (factor 2) con 80 kilos de peso, sin transferir al escalador una fuerza de choque por encima de los 1200 kilogramos/fuerza, ni estirarse más del 40% de su longitud. Sus diámetros oscilan entre los 9 y los 11 milímetros. Las cuerdas simples son fáciles de manejar, de deslizar y permiten asegurar con todo tipo de dispositivo de freno. Se puedes usar en cualquier terreno, pero casi siempre se usan para escalada deportiva o escalada clásica en roca.


  • La marca "½": Significa que esa cuerda está homologada para ser utilizada en doble (dos cuerdas), pero pasando por cada seguro una sola cuerda de modo alternativo. Se homologan en simple con un peso de 55 kilos y no pueden transferir una fuerza de choque por encima de los 800 dan. El diámetro oscila entre los 8,1 y los 9 mm. Se recomiendan para escaladores de más de 75 kilos o en situaciones en las que pesemos más de 80 kilos (aunque esto es discutible) y son las que más margen de seguridad nos aportan en escalada clásica o alpinismo (si se te rompe una cuerda siempre tienes la otra). Si se pasan las dos cuerdas por el mismo mosquetón, se somete a un sobreesfuerzo tanto a los anclajes como a los mosquetones. Y nunca se deben utilizar en simple para asegurar a un escalador por encima de la reunión. Es España las conocemos como cuerdas dobles, pero su nombre correcto es media cuerda. Son las únicas cuerdas que permiten una cordada de tres personas y las que más dinamismo ofrecen ante una caída.

  • La marca "00": Quiere decir que con esa cuerda se debe escalar en gemelo (dos cuerdas), pasando las dos por cada uno de los seguros. Se homologan en doble con un peso de 80 kilos y con una fuerza de choque por debajo de los 800 dan. Su diámetro oscila entre 7 y 8 mm. Son las más ligeras, pero permiten poco margen de maniobra en situaciones de autorrescate o al usarlas como simples en situaciones de emergencia. Son las menos usadas.

dan ≈ Kg ≈ Kg/F



Gracias a la tecnología de hoy en día, existen cuerdas que cumplen con las tres homologaciones (como la Joker de Beal), pero su uso se recomienda para usuarios “expertos”. También podríamos tener cuerdas mucho más finas (de hecho cada año salen al mercado cuerdas más finas) pero de momento el problema está en fabricar frenos que actúen correctamente con ellas... Igualmente, hace poco se ha desarrollado una tecnología que funde camisa y alma en una sola pieza (Unicore) lo que da un margen de seguridad más amplio en caso de rotura de cuerda.

A groso modo,y siempre bajo gusto del consumidor, el uso de las cuerdas lo podríamos dividir en:

Simples: Escalada deportiva y escalada clásica.
Medias cuerdas: Alpinismo, escalada en hielo y escalada clásica.
Gemelas: Alpinismo, escalada en hielo, escalada clásica.

Yo personalmente uso cuerda simple en deportiva y escaladas clásicas cortas y sencillas. Y siempre voy en doble practicando alpinismo y escalada en hielo. ¿Por qué?
Escalando en La Cabrera con cuerda doble
Me gusta el margen de seguridad que ofrecen las cuerdas dobles ante una rotura por caída de piedras o hielo, son las que menor fuerza de choque (de esto hablaremos en otro artículo) transmiten tanto al anclaje (vital ante seguros precarios) como al que se cae, y podemos hacer rápeles con toda la longitud de la cuerda (unidas y en doble). También permiten que las cuerdas vayan más rectas en vías sinuosas, lo que implica mayor comodidad en el ascenso. 
Dicho esto, manejar las cuerdas dobles exige experiencia y saber hacer (de hecho es un constante debate en el mundo de la montaña y sus aficionados). Para ello existe amplia bibliografía o mejor aún: Poneos en manos de un guía de montaña profesional.


Cuando hayamos visto algunas cosas más sobre material, dedicaremos un artículo a la física de las caídas, donde veremos conceptos como la fuerza de choque o el factor de caída, y otro a cómo encordarnos en distintas situaciones en la montaña. Para que poco a poco vayamos teniendo las cosas algo más claras ;-)


JAIME MORENO MONTES


Bibliografía:

-   www.theuiaa.org
- "Material para roca y hielo", Clyde Soles
- "Prevención, seguridad y autorrescate", Máximo Murcia

POINT FIVE GULLY. EL TUBO DE HIELO MÁS FAMOSO DEL MUNDO

Después de un par de artículos sobre material y otros dos sobre los inicios de nuestros deportes de montaña, esta semana os presento el primer artículo de los que voy a elaborar sobre vías de escalada y ascensiones a lo largo y ancho de España y el resto del mundo. Nuestra idea es daros a conocer vías clásicas y míticas, escaladas a agujas de roca, ascensiones a grandes picos... Y haceros soñar con ellas para que las realicéis, o por lo menos para que paséis un buen rato leyendo estas aventurillas. La gran mayoría serán ascensiones que yo mismo he realizado, pero alguna habrá que no haya hecho pero que merezca la pena mostrárosla (como alguna buena ruta al Ama Dablam...)

Y como este verano está siendo bastante caluroso, he decidido enseñaros un sitio fresquito y que tengo reciente en la memoria: Las Highlands escocesas. Y en concreto, una vía de hielo a la cima más alta de las islas británicas. Probablemente la más famosa de las gullies escocesas y quizás del mundo: Point Five Gully.
Su primera ascensión se realizó en unas 40 horas a lo largo de 5 días, con cuerdas fijas y demás parafernalia, lo que suscitó discusiones en el purista ambiente de escalada escocés. La primera repetición, al año siguiente, la realizaron en 7 horas los grandes Jimmy Marshall y Robin Smith.

El invierno en las Tierras Altas de Escocia es un destino que todo escalador invernal que se precie debe visitar (y seguro que no va una sola vez...). La gran cantidad de humedad que hay en el ambiente y las borrascas polares que llegan desde el cercano Círculo Polar Ártico hacen que se forme un hielo de una calidad excelente que cubre cada paño de roca y cada fisura en las modestas montañas escocesas.
Allí nació la moderna escalada en hielo y mixto. Dando lugar a grandes vías como la que hoy os proponemos.

Vertiente Norte del Ben llegando el verano (sites.google.com)
El Ben Nevis (The Ben para los amigos) con sus 1344m es una montaña espectacular. Su suave y alomada vertiente sur contrasta con el impresionante cortado de hasta 500m de altura que supone su vertiente norte. Lógicamente es en esta cara donde se encuentran las cotizadas vías invernales, que aún siendo relativamente cortas (media de unos 250m) suponen un gran esfuerzo debido a la larga aproximación y el desnivel a superar (se comienza a andar a unos 30m sobre el nivel del mar...); aunque esto se puede suavizar plantando la tienda o alojándonos en el refugio que existe a pie de pared, el CIC Hut.

Y en invierno (sites.google.com)
Nuestra vía se sitúa en la parte izquierda de la pared, entre el Observatory Butress y el Observatory Ridge, a la izquierda de la gran pared.

El 17 de Febrero de 2013, Rubén García, Felix Sattelberger, un alemán con el que compartimos escalada y cervezas, y yo, nos dispusimos a atacar la vía. Comenzamos a andar a las 6 de la mañana y a las 10:00 ya estábamos atacando el primer largo. Primer largo y primera (y única) cagada: Por confusión, debido seguramente a la barrera idiomática, nosotros subimos una sola cuerda, pensando que Felix subiría la otra... Pues no. Así que nos vimos una cordada de tres con una cuerda de 8,1mm y 60m.
-¿Y ahora qué hacemos ? - preguntó Felix
-Pues está claro: ESCALAR!!! - respondí yo
Parte inferior de la vía (sites.google.com)
Así que me dispuse a escalar el primer largo ya que yo era el más pesado y el largo el más corto, con lo que podría ir en doble. Los otros dos largos de cuerda los harían Felix y Rubén en simple, aprovechando sus pesos pluma... Eso sí, los segundos tendrían que escalar a lo chorizada (en potencia). Con la incomodidad que ello conlleva.


Primer largo


El hielo no era todo lo bueno que debería debido a las altas temperaturas de los días anteriores, así que me tocó ducha fresquita en un largo de 30m con unos metros a 90º en el que metí dos tornillos en el mejor hielo que encontré (y uno de ellos a medio meter). Al llegar a la reunión toda la roca estaba tapizada de hielo (por lo que el material de roca se quedó en el albergue) y el hielo no daba para más tornillos. Del hielo asomaban unos mosquetones roñosos, unos cordinos viejos y algún clavo oxidado. Lo triangulé todo consiguiendo un seguro más o menos decente y pensando que no tendríamos la mala suerte de ser a los que les salta la reunión que lleva años montada...

Llegando a la R1 (obsérvese el tornillo a medio meter)
Espectacular segundo largo
El segundo largo (el más bonito de la vía) se lo dio Rubén (¡y muy bien dado!). Una chimenea helada a 80º/90º donde el hielo iba mejorando y permitía meter tornillos, aunque había que moverse bien para que, escalando con las piernas en equis, el hielo de los laterales no cediera bajo nuestro peso. ¡¡Un par de sustos se llevó Rubén!! Con un clavo, un tornillo y no recuerdo qué más, montó Rubén la R2.







El tercer largo se lo había pedido Felix (quien ya había hecho la vía un par de días antes), a lo que accedí a condición de tirar yo de primero el resto del ensamble de la vía.



Tercer largo
El L3, corto pero intenso, con un paso de hielo a 95º (en serio), lo bordó Felix escalando con uno de mis piolets porque los suyos no llevaban maza y en la reunión metería algún clavo, así que hicimos un temporal intercambio. Pudo montar una reunión bastante precaria con un ancla de nieve y un gancho de hielo metido en una fisura helada. El sitio era muy cómodo y tumbado, con lo que yo habría asegurado al cuerpo, en una trinchera en V de cara a la pendiente, anclado a la instalación. Hubiera sido más seguro para los segundos; pero él iba de primero y era el que decidía. Aún así se lo comenté y estuvo de acuerdo conmigo.
Saliendo a través de la cornisa







El resto de la vía (rampasde nieve y hielo de 60º máximo) lo hicimos en ensamble, excepto el paso de la cornisa, que Felix no vio claro y prefirió que hiciéramos un largo. Así que ahí me vi en un largo fácil pero expuesto y espectacular.

¡Cumbre!

El Loch Ness nos vigila la espalda mientras escalamos
El tiempo que había sido nublado y niebloso, comenzó a clarear cuando íbamos en ensamble, regalándonos una cumbre de ensueño, con unas vistas del Loch Ness y todos los alrededores de las que no se olvidan.
Fotos en la cumbre, abrazos, algo de picar y para abajo. A disfrutar de las Scottish Real Ales, la segunda razón más importante para visitar las Highlands de Escocia.

Los Chavales 1 - Point Five Gully 0

Esta vía era una de mis soñadas. De esas que durante años tienes en mente. Una vía que se consideró durante muchos años el corredor más difícil de Escocia. Asombra pensar en los primeros escaladores que la subieron, con un sólo piolet de madera y más arrojo que material...

POINT
FIVE GULLY
Primera ascensión: IS Clough, D Pipes, R Shaw y JM Alexander, 12-16 de Enero de 1959
Longitud: 325m      Dificultad: V,5 (como un MD de estos lares más o menos)
L1: 30m 80º/90º
L2: 40m 80º/90º The Chimney Pitch
L3: 35m 90º The Rogue Pitch
El resto de la vía 60º/70º. Ojo a la salida de la cornisa, es corta pero vertical.
Horario: 3-5h. Nosotros tres fuimos tranquilos, parando y disfrutando cada momento de la vía y tardamos 5 horas.


JAIME MORENO MONTES

ALPINISMO: EL ARTE DE ESCALAR MONTAÑAS

Hablar de la historia del alpinismo y la escalada supone una ardua tarea de recopilación de datos, de síntesis y de largas horas leyendo, escribiendo y buscando fotos. El tema daría para un libro (de los gorditos seguro...) o para varios artículos. Como aglutinarlo todo en un solo artículo me parece mucho rollo (ni yo aguantaría leerlo del tirón) he pensado hacer una serie de artículos, cada uno dedicado a una disciplina de la escalada: Alpinismo, Escalada en Roca y Escalada en Hielo.
Podríamos hacer otras clasificaciones de la escalada, pero he elegido ésta porque me parece que las tres modalidades tienen una personalidad propia y han seguido caminos evolutivos distintos (aunque parecidos al fin y al cabo).

Mi terreno favorito. Escalando la norte del Margalida (Pirineos)
Intentaré asimismo huir de las manidas clasificaciones que el ser humano tiene por costumbre elaborar, aunque las tomaré como referencia porque hoy en día están más o menos aceptadas y no hablar de ellas llevaría aún más a un lío de actividades y disciplinas difícil de asimilar...

El primero de estos artículos va de Alpinismo, la niña de mis entretelas, el sitio de mi recreo, mi juguete diabólico favorito. La actividad que más me llena por dentro (de satisfacción) y por fuera (de moratones, brechas y alguna lesión varia) y la más completa de las que se pueden realizar en nuestras amadas montañas.
Trataré de dar una visión general. Si queréis más detalles, comentáis el artículo y os indico dónde buscar ;-)
¡¡Allá vamos!!

Alpinismo: Actividad que se basa en subir montañas por sus paredes más empinadas y para la cual se deben manejar con soltura todas las técnicas de la escalada: Roca, hielo, terreno mixto, artificial... Si se sabe hacer con cabeza, buen físico, buena técnica y algo de suerte nos proporcionará algunas de las mejores sensaciones que nos puede reportar un ¿deporte?.

Definición según la Academia Montañil de las Artes Escalatorias

El 24 de Julio de 1760 (ha llovido ya...) un joven de veinte años llamado Horace-Bénédict de Saussure asciende al Brévent, en Chamonix. Desde su cima contempla en Mont Blanc en todo su esplendor y queda irremediablemente prendado de él. A penas regresado al pueblo, hace publicar un anuncio en todas las parroquias del valle indicando que dará “una recompensa muy considerable a quienes encuentren un camino practicable para llegar a la cima del Mont Blanc”. Acaba de nacer el Alpinismo como movimiento.
Estatua de Balmat y Paccard en la plaza de Chamonix
Desde 1761 hasta 1785 se realizan varios intentos, pero todos encaminados a realizar la ascensión en el día, ya que en aquellos tiempos se considera que pasar la noche en los glaciares significa no volver al mundo de los vivos... Un 8 de Junio de 1786 una expedición llega hasta el Dôme du Gôuter, pero regresan al no verlo claro. Un joven buscador de cristales (arraigada y común profesión en el valle) llamado Jacques Balmat decide separarse del grupo para ir a por unos ejemplares. Al sorprenderle la tormenta se ve obligado a pasar la noche sobre su saco de dormir y sus raquetas. Al día siguiente regresa a Chamonix. El mito se ha roto.
Dos meses después, el 8 de Agosto, el buscador de cristales junto con el médico del pueblo Michel Gabriel Paccard consiguen la primera ascensión al Mont Blanc. La carrera del alpinismo ha tomado la salida.

Ruta de la primera ascensión al Mont Blanc. Hoy casi impracticable
Durante el siguiente siglo se van ascendiendo todas las cumbres de los Alpes, algunas muy laureadas como la ascensión del Cervino (o Matterhorn) por Whymper y sus guías, que también supuso la primera gran tragedia del alpinismo al morir durante el descenso cuatro de los siete componentes de la cordada debido a una caída y posterior rotura de la cuerda.
En 1895 Alfred Mummery, gran escalador, desaparece intentando la primera ascensión a una montaña de ochomil metros: El Nanga Parbat.
Entre 1865 y 1920 se puede hablar de la Edad Dorada del Alpinismo, durante la cual los alpinistas no se conforman con la cumbre, sino que quieren ascender por rutas más difíciles o paredes más escarpadas.
La única foto que existe de Mummery esclando
El nacimiento del alpinismo y su primer siglo de desarrollo van unidos a la búsqueda de conocimiento científico, al racionalismo y al amor por lo desconocido y el valor de los Románticos. Pero durante éstos años la actividad se populariza y cada vez la practica más gente (principalmente clases altas e ilustrados) con un mero fin deportivo y de disfrute personal. Es ésta época la actividad se exporta al continente americano, donde se consiguen grandes rutas en las Rocosas y los Tetons, y el alpinismo toma allí su propio camino de desarrollo, llegando a suponer en la década de 1970 el escenario de un alpinismo puntero, sobre todo en cascadas de hielo.
En el resto del mundo el alpinismo también se desarrolla y las montañas de todos los continentes son ascendidas poco a poco.

A partir de 1920 gracias a los avances en la técnica y el material, y a la cada vez más extendida práctica de la actividad, se van alcanzando cimas antes imposibles y aparecen en escena nombres como Cassin, Boccalatte, Gervasutti, Comici, todos ellos artífices de grandes vías.
Durante la II Guerra Mundial se produce un forzoso parón, pero la actividad renace en la década de 1950 con nombres como Terray, Bonatti (Is God), Rébuffat, dando lugar a los grandes años del alpinismo francés e italiano.
Grandes Jorasses (Alpes). Dieron mucho juego en los 50 y 60.
En 1950 se asciende el primer ochomil: El Annapurna. Maurice Herzog y Louis Lachenal (quien junto con Terray formaron la cordada apodada “La Locomotora de los Alpes”) pisan la cima el 3 de Junio. Y en 1953 Tenzing y Hillary pisan la cima del Chomolungma (mal llamado Everest por los imperialistas británicos). Pero el ochomilismo es otra historia (patente ha quedado este verano...)

A partir de aquí el alpinismo toma varios derroteros. Por un lado están las actividades pesadas de asedio a una montaña con campos de altura, cuerdas fijas y demás, que no a portan nada al alpinismo actual a nivel deportivo (a nivel personal cada uno que suba como quiera mientras no mienta en lo que ha hecho). Esto se da habitualmente en las montañas de ochomil metros. Pero éstas también se suben en estilo alpino: Ésto es, meterse a la chepa todo lo necesario para subir a una montaña sin bajarte hasta que lo consigas o renuncies. Ésta es la esencia del alpinismo, enfrentarse a la montaña con el menor material posible y en el menor tiempo posible (velocidad=seguridad), usando tu mente y tu fortaleza física para resolver los problemas de la vía. Así lo hacían los pioneros y así debe seguir siendo.
Grandes exponentes de este estilo los ha habido siempre: Messner, Bonatti, Mugs Stump... Pero no fue hasta la década de 1990 cuando éste estilo se levó hasta límites insospechados de la mano de Mark Twight (el Maestro), Steve House (el Profeta que superó al Maestro), Marko Prezelj, Barry Blanchard...
Y para mí, una de las mayores gestas:
Vía de House y Anderson al Nanga Parbat. Casi na...
Steve House y Vince Anderson subieron en 2005 los 4100m de la vertiente Rupal del Nanga Parbat (8125m) en menos de una semana entre subir y bajar. Sólos, sin cuerdas fijas, con todo a la espalda...
Y para citar alguna actividad de compatriotas, otro pedazo de actividad:
En 1984 Nil Bohigas y Enric Lucas llegaron al campo base de la cara sur del Annapurna con sus chicas. Se merendaron los casi 4000m de tapia en ocho días entre subida y bajada abriendo una vía técnica y difícil. ¿Alpine style? ¡Of course!
El tapión de la Sur del Annapurna.
¿Es ésto lo mismo que estar dos meses asediando una montaña esperando que los sherpas pongan las cuerdas fijas y haga buen tiempo? Para mi no. Como experiencia personal, seguro que de las dos maneras estás contento de haberlo conseguido. Pero cuando nos contemplan casi 300 años de alpinismo, actividades como la de House y Anderson son las que aportan valor a la actividad, no las otras. Desgraciadamente son esas “otras” las que salen en la tele y sus “alpinistas” los que están en boca de todos como si fueran héroes.Tenemos que estar a la altura de las montañas, no rebajarlas a nuestro nivel...
Comoquiera que os acerquéis a la montaña seguid siempre esta buena reflexión (de la cual no recuerdo el autor...) por orden de preferencia:
Primero, volved. Segundo, volved siendo más amigos. Y tercero, volved con la cumbre.

“La montaña puede enseñarnos a ser mejores, siempre que uno quiera mejorar"
Walter Bonatti


JAIME MORENO MONTES


Bibliografía:

  • “El macizo del Mont Blanc”. Gaston Rébuffat
  • “Besa o mata”. Mark Twight

CUERDAS PARA BARRANCOS: ¡¡MEJOR QUE SEAN MANEJABLES!!


Éstas se ven mejor en el agua
En el descenso de cañones, dadas las necesidades concretas de la actividad, se impone el uso de cuerdas semiestáticas, que están diseñadas para progresión, es decir, para subir y bajar por ellas. Una cuerda dinámica, por su naturaleza elástica, resiste menos al roce, absorbe más agua y puede ofrecernos problemas a la hora de realizar algunas maniobras; Y puesto que la necesidad principal de una cuerda en barrancos es para progresión (normalmente descendente), no veo justificado el uso de cuerdas dinámicas. Dicho esto, merece la pena llevar una cuerda homologada como media cuerda (más comúnmente llamada doble, ½) de mínimo 8mm de diámetro y 30 o 35 metros. Esta cuerda puede ser necesaria en caso de escape escalando, montaje de pasamanos ascendentes y para asegurar a algún miembro del equipo.

Las cuerdas semiestáticas sólo existen en Europa. La normativa estadounidense comprende cuerdas estáticas, que son prácticamente iguales a las semiestáticas nuestras (de hecho todas las cuerdas tienen algo de dinamismo) pero la norma que las regula es distinta. Esto tampoco es relevante para nosotros, pero merece la pena conocerlo si somos Guías de Barrancos o compramos cuerda en Estados Unidos.

La normativa que regula las cuerdas semiestáticas es la EN-1891 y tiene los siguientes preceptos:

Diámetro.

El diámetro de las cuerdas semiestáticas EN 1891 debe estar comprendido entre 9 y 16 mm.

Tipos de cuerdas EN 1891.

Existen cuerdas con requisitos mínimos, tipo B y cuerdas con requisitos más exigentes, tipo A.

Resistencia estática.

Es la fuerza a la que una cuerda ha de ser sometida mediante tracción lenta para que se rompa.

Las cuerdas de tipo A deben resistir como mínimo 22 kN. (Aproximadamente 2.200 Kg fuerza).
Las cuerdas de tipo B deben resistir como mínimo 18 kN. (Aproximadamente 1.800 Kg fuerza).

 Resistencia estática con nudo en ocho.

La cuerda, en cuyo extremo se ha hecho un nudo en ocho, debe resistir una carga durante 3 minutos.

Las cuerdas de tipo A una carga de 15 kN. (Aproximadamente 1.500 Kg fuerza).
Las cuerdas de tipo B una carga de 12 kN. (Aproximadamente 1.200 Kg fuerza).

Número de caídas sin romperse.

Es el mínimo número de caídas de factor 1 que es capaz de soportar una cuerda antes de romperse.
Una caída de factor 1 se produce desde una altura de la misma longitud que la cuerda.
Se prueba que la cuerda resiste el número mínimo de caídas exigible haciéndole nudos en ocho en los extremos y reproduciendo una caída de factor 1 a intervalos de 3 minutos.

Las cuerdas de tipo A deben resistir 5 caídas sucesivas con una masa de 100 kg.
Las cuerdas de tipo B deben resistir 5 caídas sucesivas con una masa de 80 kg.

Fuerza de choque.

Se trata de la fuerza que se transmite a una persona, al mosquetón y al punto de anclaje durante una caída de factor 0,3.
Una caída de factor 0,3 se produce desde una altura equivalente al 30 % de la longitud que tiene la cuerda.
La fuerza de choque de las cuerdas debe ser menor de 600 daN (6 kN, aproximadamente 600 Kg. fuerza).

En las cuerdas de tipo A con una masa de 100 kg.
En las cuerdas de tipo B con una masa de 80 kg.

Alargamiento estático.

El alargamiento de una cuerda semiestática no debe sobrepasar el 5% de su longitud, cuando se carga con una masa comprendida entre 50 y 150 kg.
Todo lo que puede tener una cuerda...


Si atendemos a la norma, una cuerda semiestática puede detener una caída, siempre y cuando ésta no supere el Factor de Caída 1. Esto conviene saberlo porque podemos usarla como medio de aseguramiento en algunas ocasiones, aunque es preferible llevar la cuerda dinámica citada anteriormente.
Nuestras cuerdas se denominan cuerdas compuestas

TIPO A:

Ofrecen márgenes de seguridad mayores. Resisten un trabajo más intenso y son las idóneas para rescate y grupos numerosos. Son las que usamos los guías, grupos de rescate, colectividades...

TIPO B:

Hay que tener más cuidado al trabajar con ellas porque la seguridad que ofrecen es menor que las de tipo A. Mejor sólo usarlas gente con experiencia. Muchas cuerdas de barrancos son de este tipo. No se recomienda su uso en simple.

Hay otras cuerdas con otras homologaciones en proceso o derogadas:

TIPO C:

Las conocidas como “flota”. Se diseñaron específicamente para barrancos. Son totalmente de polipropileno y no se hunden, pero sólo se pueden usar en doble y para rapelar, por lo que no ofrecen demasiada seguridad (de hecho ha habido varios accidentes por rotura). Además el hecho de que floten puede dar lugar a accidentes en recepciones agitadas o movimientos de agua. No cumplen la EN-1891

TIPO L:

Proyecto de norma para cuerdas ligeras de espeleología, no es una categoría oficial. Margenes de seguridad mínimos. Sólo a usar por expertos y con conocimiento de causa.
Rápel con cuerda específica para barrancos

Aparte de elegir el tipo de cuerda semiestática que necesitemos, hay unas características que hacen más indicadas para barrancos a ciertas cuerdas:
                  Que mantengan su flexibilidad con el tiempo
                  Que absorban poca agua
                  Que tengan un diámetro manejable cuando está mojada y/o llevamos guantes
                  Que no sean demasiado pesadas
                  Colores vivos y bien visibles en el agua
Rápel guiado con cuerdas semiestáticas (pelín más tenso mejor eh??)








Podemos usar una cuerda semiestática de trabajos en suspensión o espeleología, pero hemos de tener en cuenta que son cuerdas que no está adaptadas a nuestra actividad, y por lo tanto no cumplirán muchas de las características arriba indicadas.
Yo recomiendo encarecidamente el uso de cuerdas específicas para barrancos (siendo mis favoritas la Dana 10 y la Pro Canyon) y mejor si el diámetro es mínimo de 10mm, y lo digo con conocimiento de causa:
  Cuando hice el curso de Guía de Barrancos, iba con mi cuerda semiestática típica, blanca con pintitas de colores, usada para verticales y espeleo. Cuando los profesores me pedían fluidez y rapidez en las maniobras, yo no podía hacerlo porque la cuerda estaba muy rígida (tras no demasiados usos) y era agotador trabajar con ella. Todo cambió cuando compré una específica de barrancos. De hecho si me llego a presentar a los exámenes con la “vieja” cuerda seguro que me hubiera costado mucho más aprobar porque con un “cable” como el que tenía no hay quien haga las cosas rápido.


JAIME MORENO MONTES



Bibliografía:

                  www.sacidkordas.com
                  www.equipro.es

                  “Prevención y seguridad en trabajos verticales”. Jon Redondo

CASCOS: IMPRESCINDIBLES PARA SALVAR LA VIDA

Hace ya unos cuantos años, dando mis primeros pasos en esto de trepar por piedras empinadas, estaba en la pared de la Presa, al lado de la Laguna Grande de Peñalara, pasando un agradable día de escalada. Era uno de mis primeros días de coqueteo con la autoprotección. Tras parcticar en el suelo y hacer un par de vías fáciles colocando empotradores y friends del Club de Montaña de Ciencias Geológicas, del que era miembro, me decidí a probar una vía algo más difícil y expuesta. Pertrechado con los viejos Calma “Amigos del Galayar” (friends españoles de vástago rígido) inicié los primeros pasos en la vía. A dos metros del suelo metí un friend pequeño en una buena fisura, y a otros dos metros metí otro friend que no quedaba demasiado bien, pero era lo que tenía. Cuando sobrepasé el segundo friend y estaba peleando un paso, se rompió el canto donde apoyaba mi pie derecho... Caí sin esperarlo, pero tuve suerte y llegué al suelo de pie, pudiendo amortiguar algo la caída de 5 metros; Y digo que tuve suerte porque si llego a caer de otra manera y me doy en la cabeza, a lo mejor no estaba escribiendo esto: Mi casco estaba alegremente colocado al lado de mi mochila, y no en mi cabeza que era donde debería estar.
  A lo mejor esta anécdota no os dice nada, pero a mi me hizo darme cuenta de que sólo tenemos una cabeza, y hay que cuidarla si queremos seguir escalando muchos años... Desde entonces me pongo el casco hasta para hacer V+ de deportiva. Así que no queráis emular a los lolos de las revistas y proteged vuestro coco, que la mala caída acecha en cualquier largo...

Homologación y normativa

Los cascos protegen la cabeza disipando la energía del impacto. Lo hacen de dos maneras:
                  Por deformación de la estructura del casco
                  Por amortiguación: Bien a través de cintas que separan el casco de la cabeza (Ecrin de Petzl), bien por el uso de espuma de poliestireno (ligeros).


Partiendo de este principio de funcionamiento, deben pasar unos ensayos para obtener la certificación CE (Conforme Exigencias) y estar normalizados y homologados para entrar en el mercado.







Podéis consultar estos ensayos con más detalle en la web de la UIAA, Standard UIAA-106 ó en AENOR EN-12492.
  
Tipos de cascos

Básicamente existen dos tipos:

  • Cascos de termoplástico: Generalmente la carcasa es de policarbonato y la amortiguación interior es una capa de espuma de poliestireno o unas cintas que separan el cráneo de la carcasa del casco. Son los cascos multiactividad por excelencia, los más resistentes y duraderos.



                                             Casco de termoplástico
 

  
  • Cascos ligeros: A una fina capa de poliamida o policarbonato que hace las veces de carcasa, va unida una gruesa capa de poliestireno o polipropileno expandidos. Son los de tipo bicicleta. Son los más ligeros y generalmente mejor ventilados.

                                           


                                           Casco ligero

Existen otros tipos de cascos, como los de fibra de vidrio o fibra de carbono, los que mezclan en toda la estructura el termoplástico y el poliestireno, los que incorporan kevlar, los ligeros que prescinden de la capa exterior fina de termoplástico (como el Sirocco de Petzl) o los ligeros a los que se puede añadir una “armadura” de policarbonato para algunas situaciones (Alpine Shield de Wild Country).

Generalmente se recomiendan los cascos de termoplástico para actividades intensas o donde un impacto en la cabeza sea bastante posible (alpinismo, big wall...) y los ligeros para otras actividades como escalada deportiva, esquí de montaña...
  Sea cual sea vuestra elección, aseguraos que el casco se ajusta bien a la morfología de vuestra cabeza y que es fácil de regular. Pero sobre todo aseguraos de echarlo en la mochila (ojo con apretar dentro los ligeros...) y de llevarlo puesto cuando estéis en faena.


Jaime Moreno Montes

Bibliografía
                  “Seguridad y riesgo Vol. II” . Pit Schubert
                  www.theuiaa.org

                  www.cañonismo.com (diagramas)