13 DE OCTUBRE: Ascensión al Garmo Negro


El despertador ha sonado a las 6.00, madre mía, que pereza. Nos preparamos, desayunamos y salimos hacia el Balneario de Panticosa, donde comienza nuestra actividad del día.  A las 7.20 comenzábamos a andar con bastante oscuridad. Las linternas nos iluminan la primera parte del camino hasta que alcanzamos la parte alta, donde podemos ver un espectacular amanecer y descansar un poco. La primera parte del recorrido se realiza sobre bosque y un prado verde rodeados de caballos. Giramos hacia el norte para alcanzar las Mallatas, tanto la Baja como la Alta. Una pequeña trepada nos deja justo en la Mallata Alta y una gran travesía por una pedrera bastante descompuesta nos deja en el collado del Garmo Negro.


Foto: Travesía del Garmo Negro. Al fondo, el Balneario de Panticosa.

Desde aquí ya solo quedan 150 metros para alcanzar la cumbre.

Foto: Cumbre del Garmo Negro, 3066 metros.

La bajada, aunque se ha hecho largo, lo hemos realizado sin ningún problema.

12 DE OCTUBRE: Ibones Azules


Una  excursión espectacular en los alrededores del Balneario de Panticosa. Después de levantarnos pronto y un súper desayuno en nuestra pequeña casa rural Casa Morlans, nos hemos trasladado al Balneario. Desde aquí el GR 11 que recorre el Pirineo sube hacia los ibones de Bachimaña, Bramatuero y los ibones Azules.  Nuestro objetivo es conocer el nuevo refugio de Bachimala, el cual evita, cuando recorremos el GR 11 bajar a dormir al refugio de Panticosa. El recorrido va por un bosque de pino negro que combina algún árbol de hoja caduca y que en esta época del año tienen un color característico.


 

Foto: El otoño en su máximo esplendor.

Una vez se acaba el bosque, aparece el circo glaciar de Bachimaña y unas cuantas zetas nos dejan en el Refugio después de dos horas de camino. Este nuevo refugio nos sirve de base para algunos de los mejores tresmiles del Pirineo: Infiernos o Gran Facha. Así mismo podemos utilizarlo para dar alguna de las vueltas que nos permite este paraje.

Foto: Nuevo refugio de Bachimaña.

Desde aquí, por la orilla derecha del embalse hemos seguido el GR 11 dirección Respomuso hasta los ibones azules. En las subidas, nos hemos deleitado con una espectacular vista de macizo del Vignamale.


Foto: Vista desde los ibones azules del macizo del Vignamale.

Bajada por el mismo camino.

25 DE AGOSTO: Ascensión al Neouville


Volvemos a madrugar otro día para conducir, atravesando el túnel de Bielsa, hasta el Macizo de Neouville, en el lado francés del Pirineo. Esta Reserva Natural engloba todos los lagos que hay al norte de Pineta y del valle de Barrosa. El coche se deja en el Lago d’Aubert y desde aquí, rodeándolo por la presa se ataca la montaña dirigiendo los pasos hacia el sur este. El camino está bastante bien marcado con hitos durante todo el recorrido, aunque en algunos momentos la orientación se hace complicada.

Foto: Subida por la Morrena del Glaciar de Neouville

Una vez se está a las faldas de la montaña hace su aparición una morrena muy desecha que hace que los últimos metros de la ascensión hayan sido muy fatigados. Prácticamente 5 horas en llegar a la cumbre y otras tantas en bajar, una ascensión de primera categoría para una semana redonda.

Foto: Casi en la cima Del Neouville.

Mañana ya volvemos a casa, una semana de mucho calor, pero que nos ha permitido recorrer algunos de los valles más espectaculares del lado francés del Pirineo.


24 DE AGOSTO: Garganta de Escuaín.


Este apetecible descenso nos lleva hasta uno de los valles del Parque Nacional. Un recorrido en coche que no se puede olvidar nos deja en el pueblo de Escuaín, famoso por los miradores de rapaces que se alcanzan desde el mismo.

 Foto: Garganta de Escuain y Fuente del Yaga

El camino que desciende a las fuentes del Yaga sale pegado a la iglesia y cruza el barranco del Lugar, desde el que se puede enlazar con nuestro descenso a través de varios rapeles, el más largo de 30 metros.
Optamos por bajar andando y alcanzamos la cabecera del barranco. Me recuerda mucho al Viandico por lo abierto del mismo y por el interés que despiertan las formas geológicas que nos rodean. El barranco termina con un rapel de 15 metros que se puede saltar, optamos por montar las cuerdas y descender por el mismo. Una vez sin neoprenos, la subida nos lleva media horita hasta llegar al coche.

Foto: Flotando en las aguas azules de la Garganta de Escuaín.

La merecida comida la hacemos en Escalona, donde un menú nos lleva directos a la siesta.

23 DE AGOSTO: Vall Louron

Un día de descanso después de una buena paliza de ayer: el Vall Louron. Es un valle espectacular que se encuentra al este del valle de Saint Lary. Desde Bielsa cogemos el Col d’Azet y nos dirigimos hacia Loudenvielle, para llegar al final del valle. Un camino sencillo pero con una buena subida nos lleva por las Gorgas de Clarabide hacia el refugio de la Soula (1690). Se tarda unas 3 horas en llegar al refugio y 2 en bajar del mismo.  El camino es bueno y se sigue sin ningún problema. El refugio se encuentra al lado de una central eléctrica y está guardado parte del año.



Foto: Vall Louron, desde el camino de entrada

22 AGOSTO: Balcón de Pineta


Madrugamos mucho, tanto que comenzamos a caminar con los frontales encendidos. El principio del camino es muy tranquilo, ya que se realiza por la pista del final del Valle de Pineta. Nuestro objetivo: El Balcón de Pineta. Si las fuerzas acompañan, intentaremos subir a los Astazou. La tranquilidad del principio rápidamente se convierte en una ascensión bastante dura. Las lazadas se siguen y no se deja de subir en ningún momento. Nos acompañan varios grupillos conformados por 4 y 2 personas durante todo el recorrido.

 Foto: Cascada de Pineta

Paramos poco mientras no sale el sol, pero en seguida que sale nos atrancamos un poco. Hace mucho calor, incluso en el amanecer, así que preveemos un día complicado de calor. Un poquito más arriba de la mitad de la subida hacemos un descanso largo porque estamos bastante cansados. Después de un saludo a dos montañeros de Calahorra, que vienen bastante deprisa, decidimos seguir hasta el Balcón, aunque justo en la canal final, Juana decide esperarnos en una zona de agua. La bajada es muy larga y es una decisión acertada. Ramón y yo seguimos hacia arriba y en una media hora nos encontramos en lo alto del Balcón, nuestro objetivo del día a tenor de la temperatura de la jornada. Desde el balcón podemos observar los Astazou, el Cilindro de Marboré y sobre todo la Cara Norte del Monte Perdido, con su glaciar en clara recesión.


Foto: Balcón de Pineta y el Valle de Pineta a nuestro pies.

Un pequeño descanso y emprendemos el descenso hacia donde está Juana y dirección el Parador de Bielsa. No llegamos al mismo, porque nos desviamos a comer cerca del río que baja desde La Larri. El agua baja helada, pero nos permitimos el lujo de refrescarnos los pies. De vuelta a nuestro alojamiento, una paradilla en el Refugio de Pineta y la merecida cerveza que corona un gran día.